Historia de la vela Latina

Por Bernar Oliver Font

Historia de la Vela Latina

Las regatas con barcas tradicionales de madera, los "bots" y "llaüts" y también los "gussis" , incluso las "pasteres" se han documentado en Mallorca desde mediados del siglo XIX, pero seguro que desde la antigüedad, por uno u otro motivo, los pescadores y comerciantes hacían carreras con sus embarcaciones con el objetivo de llegar los primeros a la orilla. Durante el primer tercio del siglo XX, las competiciones oficiales que se organizaban en la bahía de Palma se llevaban a cabo con los tradicionales aparejos de madera porque era la única flota que tenían a su alcance, además, utilizaban el aparejo latino porque es el aparejo propio de la barca artesana de casi todo el mediterráneo

El nacimiento de clubes náuticos como el Club Marítim Molinar de Llevant (1917), El Club Nàutic Portitxol (1928), el Club Marítim Sant Antoni de la Platja (1934) o el Club Nàutic Cala Gamba (1938) permitieron la creación de pequeñas flotas que se añadían a las que ya existían, al Club de Regatas(1891) y al Club España(1919), los cuales venían organizando regatas de "bots" y "llaüts" desde sus inicios. Aquella forma de competición era muy popular en Palma durante la década de los años 20 y 30, pero nos hemos de trasladar hasta la década de los años 40 y 50 para ver consolidadas las flotas de las diferentes entidades náuticas de la bahía de Palma, entre ellas las de Cala Gamba. Es durante estas dos décadas que las regatas de vela latina toman su máximo esplendor con la fórmula de las regatas interclubs. A las citadas entidades se añaden el pequeño club náutico de San Agustín, el Real Club Náutico de Palma - creado el año 1947 a partir de la fusión del Club de Regates y del Club Espanya-, y el Club Náutico Arenal ya en el año 1952

La rivalidad entre las flotas era notable durante la década de los años 50 y las regatas con aquellos desmesurados aparejos fueron protagonistas de numerosas páginas deportivas cargadas de gran fuerza y vitalidad. La pasión por las regatas era tal que la competición transcendía más allá de una simple rivalidad de llegar el primero. de aquella época dorada de la competición a vela latina destacan algunas barcas emblemáticas de nuestro club como los "bots" Voramar, Bàrbara, Tinita, Fermina, Kika, Catalina, As, Viriato, San Luis, Saju, Mizar, Artabro, San Cristobal, San Manuel, y els llaüts Pepin o Neptuno.

A partir de la década de 1970 el proceso de intromisión de la vela ligera en la náutica balear deportiva, provocó una pequeña crisis de las barcas de madera y de la vela latina porque no podían competir con las prestaciones extraordinarias de las barcas de plástico, más rápidas y económicas y cada vez más populares.

Hasta el año 1990 las competiciones de "bots " y Llaüts" de madera aparejados con la vela latina- y guaira_ fueron perdiendo adeptos y parecía que tendrían que desaparecer para siempre aquellas barcas y aparejos.

A pesar de todo, a las regatas sociales que se hacían con motivo de las fiestas de verano, continuaron tomando parte los "bots" y "llaüts" tradicionales de siempre:. Eran regatas poco tecnificadas en las que se intercambiaban orzas de plomo y las embarcaciones se fregaban con hojas de higuera de moro. positivo era que mantenían el ambiente de regata y la tradición de hacer competir las viejas barcas.

La revitalización de la vela latina de competición a principios de la década de los 90 fue posible gracias a que la tradición de las regatas sociales no se había perdido nunca en los clubes náuticos pequeños. A partir del año 1991 la Consellería de Comerç y Industria del Govern Balear subvencionó el 100% del aparejo latino ( palo, antena y velas) a los armadores de aquellos "bots" y "llaüts" que adquirieran el compromiso de participar en regatas durante los tres siguientes años. Aquella promoción que iba ligada a la creación del Trofeu Mestres d'Aixa, al Club Nàutic Portitxol resultó un estímulo definitivo ja que en la primera edición del trofeo el año 1991 había conseguido reunir más de veinte embarcaciones en la salida, todas con el material nuevo. La flota de Cala Gamba que estaba presente, la constituían los llaüts Pepin de Alberto Cobos, Antojai de Andreu Pizà y Primero de Benet Contestí, y los bots Tinita de Raimundo Reus, Artabro de Pedro Ferrà, Bàrbara de Joan Riera, Kenhavo de Javier Vicente y As de Margarita Mas. En el porche del club habian quedado tres "bots" que se habian acogido a la subvención pero no habían tenido tiempo de restaurar las embarcaciones para la salida de la primera prueba, eran el Bonito de David Oliver, l'Auba de Pep Ferrà y el Callao de Antoni Carrillo, Antoni Mulet y Bernat Oliver.

Aquella subvención con trofeos que organizaba el Club Nàutic Portitxol como el Nationale Nederlanden, el Campionat de Mallorca y el Trofeu President; o los que organizaba Cala Gamba como el Trofeu Memorial Bernat Rita, el Trofeu Ciutat de Palma y el Trofeu Memorial Mestre Jaume, que duraban uno o dos fines de semana.

A finales de 1993 el "llaüt" Marbell de Alberto Cobos junior se añadió a aquella primera flota de regatas que quedaba así constituida por los botes L'Auba, Callao, Drac (ex Kenhavo), As, Tinita, Bonito, Artabro y Bàrbara; y por los llaüts Primero, Antojai, Pepin y Marbell.

En el año 1995 se creó el Trofeu Hivern que nació con la intención de desestacionalizar las regatas de latina y mantener encendida la ilusión de las barcas de madera de principio a final de año y no únicamente durante los meses de buen tiempo. En la primera edición del trofeo tomaron parte solo tres embarcaciones, pero la media de participación durante los últimos 15 años ha sido de 20 embarcaciones en cada edición.

También aquella temporada comenzaba a dar resultados la gestión de la junta directiva que presidia el Sr. Sebastià Mas y que había apoyado la propuesta de creación del Trofeu Hivern desde el primer momento.
Los acuerdos de la junta para el fomento de la vela latina contemplaban un espacio reservado en la explanada para los "bots" y "llaüts" de regata que podían permanecer allí varados el tiempo necesario y de manera gratuita; también el uso de la grúa pequeña era gratuita, esto permitía agilizar las varadas en los días previos a las regatas.

También se consiguió agrupar las barcas de vela latina en un mismo espacio, con lo que las molestias causadas por la longitud de los botalones no afectara a los socios que no tenían nada que ver con la vela latina; también suponía una manifestación más concentrada del ambiente, especialmente visible durante los días de regata que el bullicio de gente sobre los muelles flotantes de las barcas con las antenas en el aire y los foques desplegados favorecieron muchas fotografiás representativas de la flota y del espíritu del club. Otro gesto de apoyo de la directiva fue el compromiso de la devolución del 50 % de la cuota pagada a aquellos socios que hubiesen tomado parte en más de la mitad de las pruebas celebradas dentro de la bahía de Palma. La medida sin duda sirvió para potenciar la entrada de barcas externas.

El año 2003 marcó un cambio importante ya que se creó una nueva categoría llamada "llaüts Clàssics" con una reglamentación propia. El motivo era dar solución a los problemas que planeaba el hecho que, llaüts de características diferentes hubiesen de competir juntos y solo asistidos por sistemas de compensación tradicionales que no eran capaces de resolver aquellas diferencias. De aquella manera se diferenciaban mediante clasificaciones independientes los "llaüts" con carácter más competitivo y sin motor y con una maniobra sofisticada, de aquellos que buscaban una filosofía más tradicional (aparejo y maniobra) y que llevaban un motor interior con todos sus complementos. Como hemos dicho, el origen del grupo de "llaüts clàssics" lo encontramos primeramente en la necesidad de armar barcas más tradicionales con un coeficiente máximo de antena de 1,5 y después en las reflexiones de los "llaüters" Andreu Pizà (Antojai) de Cala Gamba y Miquel Taberner (Jamaica) con base en el Portitxol que hicieron esta propuesta de independización al resto de "llaüters". Más tarde sus ideas fueron desarrolladas por un equipo constituido por los primeros armadores de aquellos "llaüts" más tradicionales , como Xavier Mulet (San Antonio de Padua), David Oliver (Xispa), Antoni Ferragut y Alnso Segura (Nabab), Bartomeu Homar (Pandora) y Bernat Oliver (Sant Bartomeu). En la redacción del reglamento intervinieron también Javier Vicente que mas adelante armaria el llaüt Jalluga y Joan Manuel Pons que a finales de aquel año aparejó el JJ.

La creación del grupo de "clàssics" llevó asociado el nacimiento de un trofeo específico para el grupo, la Copa Memorial Antoni Font , con una filosofía muy similar a la del Trofeu Hivern, un campeonato largo con una filosofía tradicional y que prima la regularidad.

Se basa en un calendario de nueve pruebas y con la posibilidad de hacer un descarte después de cada cuatro pruebas realizadas. Actualmente la flota está formada por 13 "llaüts" y 11 "bots".

Las barcas de madera que han formado parte de la flota de vela latina desde el año 1991 son las siguientes:

Àncora, Annibal, Antojai, Artabro, As, Avant, Bàrbara, Bonito, Callao, Corb Marí, Domine, Drac, Es Llamp, Jalluga, JJ, L'Auba, L'Espanya, Llatí, Marbell, Martel, Neòfit, Nicator, Nostramar, Nueva Catalina, Pandora, Paquita B., Pepin, Primero, Regio, Río de la Plata, Saju, San Antonio de Pádua, Sant Bartomeu, Santa Creu, Saurio, Savanna, Sóller, Tinita, Titán, Toni, Ventolina (6), Ventolina (80), Volga, Voramar, Xilb.